13.1. Pseudoreligiosidad de la "Nueva era"
"Ojalá la llegada del tercer milenio encuentre una Tierra casi sin hombres y con abundantes animales y árboles frutales" Marilyn Ferguson, La conspiración de Acuario 1980
Otra raíz ideológica de la “cultura” de la muerte es el movimiento de la “Nueva Era”.
El movimiento de la “Nueva Era” o “New Age” es una ideología pseudoreligiosa y pseudoespiritual que surgió a principios de este siglo del ocultismo en Estados Unidos. A su paso por el tiempo, sus proponentes fueron creando un movimieto ecléctico que absorbió una serie de elementos, aún contradictorios entre sí, hasta formar una amalgama de ideas y prácticas, las cuales constituyen hoy por hoy, quizás la amenaza pseudo-espiritual más fuerte que tiene el cristianismo.
Las ideas de la “Nueva Era” están penetrando la educación, la música, la política, el arte y hasta el mismo cristianismo y la Iglesia Católica. Sus proponentes ocupan puestos importantes en todos estos campos, desde los cuales ejercen su macabra y poderosa influencia.
La “Nueva Era” consiste en un panteísmo con una buena dosis de reencarnación. En efecto, sus adeptos creen que ellos y toda la realidad son Dios o parte de Dios. Por consiguiente, la naturaleza y todo lo que hay en ella debe ser respetado. De ahí la fuerte inclinación de este movimiento hacia el ecologismo o ambientalismo radical. El ambientalismo radical promueve la falsa idea de que la degradación del ambiente (la cual exageran), se debe a la “sobrepoblación”, la cual hay que controlar con la “planificación familiar” (anticoncepción, esterilización y aborto). Las ideas de la “Nueva Era” se convierten, entonces, en una perfecta justificación ideológica para el ambientalismo antivida.
La “Nueva Era” también promueve la falsa idea de la reencarnación, que tomó de las religiones orientales. Bajo este concepto el alma se reencarna repetidas veces hasta lograr su “liberación” del ciclo de nacimiento y muerte y llegar al éxtasis (“nirvana”) en el Absoluto (“Bramam”).
La idea de la reencarnación unida al relativismo moral de la “Nueva Era” proporciona a su vez la base ideológica para justificar el aborto, ya que creen que no importa eliminar una vida humana si esta se reencarnará después.
Asimismo, la reencarnación presupone un dualismo entre el alma y el cuerpo. En efecto, si el cuerpo es sólo una prisión temporal de un alma que luego reencarnará en otro cuerpo, entonces el cuerpo es sólo puro instrumento del “yo”. De ahí la justificación de cualquier comportamiento sexual o manipulación del cuerpo, es decir, hedonismo, anticoncepción, homosexualismo, etc.
La ideología de la reencarnación también enfatiza la autosalvación, “yo me salvo a mí mismo”, y por tanto la concentración en el yo, el egoísmo. Según la “Nueva Era”, Cristo no es el que nos salva, es sólo un guía más en el camino hacia la autoiluminación. Esta idea, unida al panteísmo anteriormente señalado, da como resultado un egoísmo individualista que lo justifica todo. Si yo soy dios, yo me invento mi propia moral y nada ni nadie me puede decir qué hacer con mi cuerpo.
La ideología de la “Nueva Era”, pues, no es otra cosa que la justificación pseudoespiritual e ideológica del egoísmo. Más todavía. Como los que forman parte del movimiento antivida tratan siempre (lo veremos más adelante) de cubrir su culpabilidad (pues la conciencia se rebela ante el propio mal comportamiento), entonces la “Nueva Era” les proporciona una especie de “religión” o “espiritualidad”, con las cuales darle un aire de respetabilidad a la actividad antivida.
Es preocupante darse cuenta cómo la “Nueva Era”, o al menos algunos de sus elementos, se están convirtiendo en parte de la estructura ideológica de los promotores del control de la población, la “educación” sexual inmoral, el feminismo antivida y del resto de los componentes de la “cultura” de la muerte. El movimiento de la “Nueva Era”, pues, le da el toque final que sintetiza todo este movimiento antivida y antifamilia de la “cultura” de la muerte.